- Karin – hablo Orochimaru al tiempo que la agarraba el cuello con su mano y comenzaba a ahorcarla – que rayos estabas asiendo tu aquí con Sasuke
La pelirroja no podía contestar, ya que sentía como la fría mano de aquel hombre la dejaba sin aliento, y el dolor le quemaba la garganta.
- Tú eres una zorra rastrera – le dijo Orochimaru – y si por tu imprudencia, mis planes se ven alterados, tú serás la única responsable.
Las amenazas de ese hombre le helaban el cuerpo y lagrimas de piedad comenzaban a salir de su ojos.
- Te lo abierto solo una vez – la amenazo con escalofriantes palabras – no te acerques a Sasuke.
Su mano soltó la piel de la pelirroja y esta solo pudo acariciarse la parte afectada.
- Y para que cosas como estas no vuelvan a ocurrir – Orochimaru la miraba despectivamente – te voy a enviar lejos de aquí. En una semana quiero que te vallas a la guarida del sur, espero que no aya oposición de tu parte - Él se despidió de la chica con una sonrisa macabra y esta solo pudo apretar sus dientes y llorar en silencio.
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El tiempo pasó inclemente. Y mientras Karin trataba de alejarse de Sasuke, este por alguna razón – quizás para asarle daño a ella – trataba de acercarse mas a su persona, cada vez que el le dirigía una mirada a ella esta no era fría, era mas bien misteriosa, pero en el buen sentido de la palabra.
De una forma u otra el objetivo de Karin comenzaba a parecer cada vez mas distante y no solo porque el tiempo pasase, si no porque aquel chico con su extraña forma de comportase con ella, la hacia tener nuevamente sentimientos de cariño asía el.
(Día de la partida de Karin)
Sasuke se encontraba en su habitación, aquel lugar era tan tétrico y escalofriante como una fábrica de muñecas, solo adornado por una lámpara y su cama.
Él se encontraba recostado sobre su cama, con su vista fija a la pared, pensando en su vida y en ciertas ocasiones de debilidad en…Karin.
- Que haces aquí – Le dijo a la pelirroja que estaba a espaldas de él, la cual había entrado sin permiso a su habitación.
Ni la misma Karin sabia por que se encontraba allí, quizás fue por el deseo de terminar lo que empezó o quizás simplemente quería ver por última vez al Uchiha, ver su ojos y oír su voz, ella no entendía porque pero al pensar que jamás volverá a ver al Uchiha sentía algo raro dentro de sí, a lo mejor cuando se encontraba en la cárcel de Konoha ella realmente no lo odiaba por golpearla, más bien era porque la dejo viva, la dejo con vida y eso causaba que cada día pensara mas en él y en cómo sin piedad y sin siquiera temblarle el pulso la átoco a un a sabiendas que era ella, la chica que lo había apoyado y ayudado en todo.
- Hola Sasuke-kun, como estas – Le respondió Karin con una voz de niña, eludiendo su pregunta – solo vine a despedirme… ¡ah! Y a decirte que aun te sigo odiando – estas últimas palabras se las dijo con los dientes apretados. A Sasuke se le abrieron los ojos de par en par solo por milésimas de segundo al oír esas últimas palabras.
Aunque ella le dijera eso a él con tanto "rencor", dentro de Karin aquellas palabras…ella sabía que…en su mente…y en su corazón era lo contrario de ese sentimiento.
- ¿A donde te vas? – Le pregunto con hostilidad el azabache
- Sabes, deberías decorar esta habitación un poco mas bonita – Karin evadió la pregunta de manera olímpica – creo que unas flores en las paredes irían mas con tu personalidad…y creo que un poco de iluminación no le caería nada mal a esta mazmorra – le dijo al tiempo que miraba de un lado a otro y su dedo anular formaba círculos en el aire.
En un arranque de irritación, Sasuke la empujo hacia la pared, él quedo a sus espaldas, ella viendo hacia la pared.
- ¿A dónde vas? – Volvió a formular la misma pregunta.
- No tengo por qué responderte – dijo Karin tratando de poner un tono de voz seria, y es que sentir la respiración agitada de Sasuke en su nuca la hacía delirar.
Sasuke no sabía porque Karin le odiaba tanto.
- Antes de que te vayas… - comenzó ha hablar Sasuke acercando sus boca al oído de Karin, inhalando una fragancia a rosas – quiero terminar lo que empezamos en la cueva.
Al terminar de decir esas palabras comenzó a baja el sierre de la camisa de Karin, con sus manos despojo su cuello y hombros de aquella tela color lavanda. Roso con su labios el cuello de ella, mientras esta no lo soporto y soltó un gemido de placer. El Uchiha sonrió maliciosamente.
- ¿Quieres que continúe? – Le pregunto a Karin, con el único propósito de hacer que esta le suplicara a él como todas la chicas que había conocido a lo largo de su vida.
Ella solo mordió su labio inferior para no responderle con una respuesta afirmativa. Sintió como Sasuke comenzaba a besar despacio su cuello, sentía como sus labios cálidos la saboreaban de una manera muy excitante. Se estremeció ante tal contacto, y aunque deseaba continuar, no le daría ese gusto al Uchiha. Se dio la vuelta para poder salir corriendo, pero se llevo una gran sorpresa al ver la cara de Sasuke, ya que sus mejillas estaban rojas, su respiración agitada y calida impactaba contra su rostro y su mirada parecía estar nublada por la lujuria. De repente un calor inexplicable recorrió todo su cuerpo y bajo a su parte mas intima.
Sasuke comenzaba ha acercarse lentamente a su rostro y sus labios se encontraron en un beso salvaje y lleno de necesidad, Karin rodeo su cuello con sus brazos, mientras sus dedos jugaban con su cabello. Él bajo su manos hasta sus muslo y la levanto del suelo, esta aferro sus piernas a la cintura del azabache. Sus intimidades estaban tan cerca, separadas por solo milímetros de tela.
Sasuke le quito por completo la camisa a Karin, para luego recostarla en la cama que estaba a su lado, sin separase un instante de su labios. Las caricias eran fuego que quemaba su piel, besos que al tacto eran adicción y suspiros que en el aire volaban rogando por más.
Sus vestimentas al suelo fueron a parar, una noche de lujuria y pasión llegaba a su clímax, consumida con el acto carnal más placentero.
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En la mañana una soñolienta Karin comenzaba a despertar, lo primero que diviso fue un fuerte y escultura pecho, luego sintió como unas manos grandes y rasposas la abrazaban. El corazón de la pelirroja latió con rapidez. Ella no sabía qué hacer, lo único que le quedo fue escabullirse de entre las sabanas, recoger su ropa y salir de esa habitación.
Nuestra protagonista comenzó a correr con todas sus fuerza hasta llegar al bosque donde había realizado su primera misión con el Uchiha, se recostó contra un árbol, se llevo su mano a la boca tratando de callar sus lamentos y mientras las lagrimas comenzaban a bajar por sus mejillas.
- ¿Qué había hecho?, ¿por qué lo hizo? – esa y millones de preguntas más se acumulaban en su mente.
Desconsolada lloro por saber que cayó en las redes del Uchiha, por haberse creído fuerte y al final no ser más que una niña frágil en su interior, por sentirse feliz al recordar lo de la pasada noche. Y ella bajo un árbol de cerezos cuyas lágrimas humedecieron las secas raíces y el sonido del viento disimulaba sus lamentos.
Luego de unas cuantas horas Karin se fue lejos de ese lugar, pero no a la base del sur, si no aun lugar donde obtuviera paz, un lugar donde solo fuera ella. Quizás esta huida cambie su futuro, pero… ya no le importaba.
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